El Quirófano |
Tocan a tu puerta, tu corazón late rápidamente, pero a la vez sabes que pronto estarás bien, te suben a una camilla, ahora te encuentras cómodamente recostado y esperas solo la bendición de ese ser tan importante para ti, sabes que todo saldrá bien. El camino inicia, solo ves pasillos durante el recorrido y las grandes lámparas que alumbran el hospital en el techo, finalmente platicas por última vez con alguien muy especial, te sientes seguro y sabes que todo saldrá bien y como en las películas ves el gran quirófano, te preparan y comienza el gran cambio de estar enfermo a comenzar la sanación.
A veces dejamos pasar mucho tiempo, pensando que las enfermedades se irán por si solas, pero necesitamos al menos saber qué es lo que tenemos, sin preocuparnos de mas, eso hay que dejarlo en manos del doctor, de las enfermeras, porque solo nos corresponde sentirnos bien, sanar desde adentro, porque, con un pensamiento positivo todo puede volver a quedar como antes, una salud perfecta e inmaculada.
Ya es tiempo que revisemos ese pequeño detallito, que nos aqueja, quizás no sea nada aun, pero si dejamos pasar tiempo, se empeorará, es mejor prevenir que lamentar, porque la salud es primero, hay que hacer todo lo posible por mantenernos sanos, positivos y con una gran sonrisa en los labios.
Deberíamos agradecer, que hay luz, agua, medicamentos y especialmente todo un personal calificado, al pendiente de nuestra salud. ¿Qué haríamos sin los doctores (ras) y sin los cuidados de las enfermeras (ros), incluso de las señoritas que asean la habitación?, cuando estés en un hospital, recuerda que son seres humanos como tú, no les trates mal y sigue sus instrucciones, ellos solo quieren que te alivies.
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